- VERANO

Nunca pasarás sed en MONTEHERMOSO. Ni tu oído echará de menos la música del agua. Las fuentes majestuosas, sus pozos adormecidos y arroyos infinitos, son los habitantes armoniosos de la piedra de este singular pueblo extremeño. 

 

El magnetismo que subliminalmente atrae el pueblo con la permanencia de algunos edificios antiguos, es una nueva vida más cercana a las calles y rincones, que frecuentamos cada día en nuestro quehacer y en nuestro trajín.



El embalse. Al amanecer y al atardecer los reflejos del sol en el agua, brindan estampas inigualables cuando se minimizan las sombras.

 

Ni recortadas a conciencia con una gigantesca cuchilla, habrían quedado tan perfectas esos troncos que dibujan el entorno del embalse montehermoseño.